lunes, noviembre 09, 2009

¿Quieren ser senadores?

(I de XII)
Una ficción post-ProReforma.

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- ¿Quiénes quieren ser senadores? – pregunta el profesor al grupo de alumnos de entre 20 y 25 años en el que unos pocos rebasan esa edad. Se puebla de manos y brazos el espacio sobre las cabezas de los jóvenes.
- Muy bien ¿Quiénes tienen listo un plan de trabajo para los 15 años que durará su periodo? – la cantidad de manos alzadas se reduce. El profesor se fija en una chica que rebosa chispa intelectual en la expresión de su cara y que mantiene erguida la mano.
- ¿Tiene un plan de trabajo para 15 años? Usted apenas ha vivido algo más que ese tiempo. – Risas en la clase.
- En realidad no es necesario tenerlo “listo” basta con ser capaz de “prepararlo”, además hay que irlo adaptando a las circunstancias coyunturales conforme se vayan presentando. Otros senadores más experimentados tendrán también planes que vale la pena apoyar, así que en último caso mi labor parlamentaría podría consistir en elegir y apoyar los mejores proyectos.
- Perfecto – el profesor habla ahora a toda la clase – en ese caso, independientemente de que quieran o no ser senadores ¿Quiénes se consideran capaces de preparar un plan de trabajo senatorial de 15 años, irlo adaptando a las coyunturas y elegir los mejores proyectos de otros para apoyarlos? – Nuevamente un bosque de manos se alza.
- ¿Entonces? Si tantas personas se consideran capaces de hacer lo mismo que Usted haría en el senado ¿por qué habríamos de elegirla a Usted señorita Martínez? ¿se considera más capaz, más inteligente o más honrada que sus compañeros que tienen las mismas aspiraciones?
- Una vez en el puesto lo podría demostrar. – responde conciliatoriamente Martínez.
- Pues lo mismo podrían decir sus compañeros. Afortunadamente nuestra constitución establece implícitamente el mecanismo para solucionar esta controversia. Como los senadores deben ser elegidos entre ciudadanos de 50 años, su historial de vida está a la vista, se sabe si han sido honrados y honestos, si han tenido la capacidad de tomar decisiones inteligentes. Por eso los candidatos a senadores son gente de bien, líderes y políticos que han sabido navegar las aguas de la administración del poder con honestidad. Ningún vividor se presenta como candidato porque no tendría oportunidad, de hecho no tiene siquiera la oportunidad de conseguir el apoyo entre sus coetáneos que son quienes lo tendrían que postular.
- No se trata por tanto de decir “yo soy honrado y capaz, en el puesto lo demostraré”, se requiere que tenga 30 años de vida ciudadana digna que muestren que en realidad es honrado y capaz. – concluye el profesor.
- ¿Quiénes aquí son honrados? – esta vez toda la clase levanta la mano.
- Lo más probable, debido a la edad que tienen, - aclara el profesor – es que todavía no hayan sido tentados por la corrupción y la deshonestidad, pero se les presentarán esas ocasiones y algunos de ustedes, espero que ninguno, caerán en la tentación. Como no tenemos forma de saber quienes sí y quienes no, entonces todos serán “probados” durante 30 años. Quienes superen la prueba y además muestren liderazgo y afán de trabajar por su comunidad serán quienes tengan mejores probabilidades de llegar a senadores.
- ¿Por qué 30 años profesor? – pregunta un alumno.
- Buena pregunta. La contestaremos en la siguiente clase.
(Continuará)
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Nota: escribí esta "ficción" porque creo que hay que abordar y explicar a fondo lo relativo al senado y a la cámara de diputados propuesta por ProReforma, no es mi intención ponerme en el papel de "profesor", ¡comentarios bienvenidos!

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