viernes, noviembre 20, 2009

¿Quieren ser senadores?

(XI de XII)
Una ficción post-ProReforma.

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En esta historia ficticia un profesor universitario discute con sus jóvenes alumnos el camino que deben seguir para llegar a senadores. Luego de hablar sobre la situación de división e independencia de poderes antes de la reforma constitucional el profesor menciona otras diferencias que ayudaron a destruir el dominio y control que los partidos políticos y sus caudillos tenían sobre las instituciones del estado en detrimento del auténtico sistema republicano.
- Un aspecto importante en el cambio de este esquema vil fue la introducción de la elección por sorteo. Los funcionarios clave para la lucha contra la corrupción y la impunidad: magistrados de la corte suprema de justicia, corte de apelaciones, contralor general de cuentas y el fiscal general, son electos por sorteo de entre un grupo de candidatos presentado por las comisiones de postulación. La idea central es muy simple, si los candidatos que las comisiones de postulación presentan para un puesto han pasado por un proceso de selección y depuración, entonces es igual elegir a cualquiera de ellos y entonces mejor que seleccionar se deja que la suerte decida.
- ¿Y antes no era así? – pregunta la señorita Fuentes.
- No. El fiscal general era nombrado por el presidente de entre una lista de candidatos, pero la decisión final quedaba a su discreción. Los magistrados de las cortes y el contralor general eran elegidos por el congreso, también de entre una lista de candidatos. Para llegar a un puesto de estos había que asegurarse de contar con el favor del gobernante y del partido de gobierno, luego el interesado podía conseguir el apoyo de las comisiones de postulación para que se hicieran de la vista gorda respecto de sus carencias y defectos y así ser incluido en la lista de candidatos. No era extraño entonces que corriera dinero “bajo la mesa” para estas postulaciones. Con el método del sorteo se elimina la discrecionalidad en la elección y las aspiraciones de gente deshonesta de llegar a puestos de influencia se cortan.
- Pero al senado también pueden sobornarlo para que amañe el sorteo, ¿o no? – interviene nuevamente Rodríguez con su usual tono retador.
- Esa posibilidad existe pero tome en cuenta esto: los senadores son personas que han vivido 50 años de su vida honorable y dignamente, están en una etapa de la vida en la que el dinero en la que el dinero es menos relevante, no tienen compromisos partidarios y no le deben favores al gobernante de turno. Quizás pueda sobornar a uno, pero le será muy difícil sobornar a suficientes como para conseguir su propósito.
- Profesor – habla ahora Juárez – Yo veo que en la clase se ha hablado mucho de corrupción, componendas, interferencias entre poderes, etc., y cómo la reforma cambió muchas de esas prácticas, pero también recuerdo que a ProReforma la acusaban de hacer una propaganda falaz porque decía que lo que eliminaría sería la pobreza y la violencia, que por entonces eran situaciones muy graves, pero ya viéndolo en perspectiva histórica, lo que cambió de raíz fue la organización del estado y las esferas de influencia de un poder hacia los otros.
- Interesante comentario. En la raíz de la pobreza y de la violencia estaban la corrupción y la impunidad, así que eliminar la corrupción y la impunidad es equivalente a erradicar la pobreza y la violencia. Hablaremos de eso en la siguiente clase.
(Continuará)
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Nota: escribí esta "ficción" porque creo que hay que abordar y explicar a fondo lo relativo al senado y a la cámara de diputados propuesta por ProReforma, no es mi intención ponerme en el papel de "profesor", ¡comentarios bienvenidos!

jueves, noviembre 19, 2009

¿Quieren ser senadores?

(X de XII)
Una ficción post-ProReforma.

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En esta historia ficticia un profesor universitario discute con sus jóvenes alumnos el camino que deben seguir para llegar a senadores. En la clase anterior el profesor ofreció contarles a los alumnos cómo era antes la situación de la división de poderes en el estado.
- En el marco constitucional de antes de la reforma los partidos políticos y sus caudillos, encontraron una fórmula para prácticamente detentar todo el poder y cometer impunemente cualquier cantidad de actos anómalos. La situación ideal para ellos se daba cuando al llegar al poder contaban con una bancada mayoritaria en el congreso, con ello el presidente o caudillo del partido controlaba a la vez el poder ejecutivo y el legislativo y a través de éste, al judicial porque el nombramiento de magistrados de la corte suprema de justicia y de las cortes de apelaciones se hacía por elección en el congreso. Para ellos era suficiente con que sus candidatos pasaran el endeble filtro de las comisiones de postulación para asegurarse de que serían electos en el congreso.
- Prácticamente los tres poderes se concentraban – complementa Juárez
- La situación era todavía peor – continua el profesor – el fiscal general que es el jefe del ministerio público, y el procurador general de la nación eran nombrados por el presidente, con lo que se garantizaba que la persecución penal en su contra y en contra de sus colaboradores se mantendría bajo control, además el contralor general era nombrado por el congreso, que recordemos estaba prácticamente bajo control del mandatario, con lo que se controlaba también la auditoría de la ejecución de cualquier dinero público.
- Impunidad segura – comenta López.
- Y todavía más. Los gobernadores departamentales se constituían en ejecutores y cómplices de las acciones corruptas del gobernante. En ese entonces no eran electos popularmente sino nombrados por el presidente, con lo que su principal interés era atender los requerimientos del gobierno y no los de los ciudadanos.
- Pero ¿todos los gobiernos usaron esa concentración de poder para corrupción? – pregunta la señorita Martínez.
- Por supuesto que no, también hubo gobiernos probos y eficientes, pero los avances que el país ganaba con ellos se perdían cuando llegaba el siguiente gobernante que destruía los planes y proyectos del anterior, renovaba a todas las autoridades, también las del poder legislativo y judicial, y entonces la situación final era peor. Además, en los gobiernos buenos necesariamente había intromisión de los partidos políticos por la cuota de poder de que disponían por su bancada en el congreso.
- ¿Tanta era la influencia de los partidos políticos?
- Sí, cuando llegaba el momento de negociar aprobación de leyes o presupuestos en el congreso las negociaciones eran con los “jefes de bloques”, porque prácticamente los diputados hacían lo que el jefe de bloque le indicaba, así que se negociaba con ellos. Extraoficialmente cada partido tenía dueño o caudillo, usualmente el secretario general, que al final de cuentas era el que tomaba la decisión de qué iniciativas apoyaban sus diputados. Obviamente esto contradecía todos los principios republicanos de división e independencia de los poderes y los de la democracia representativa.
- ¿Y qué más cambió con la reforma? – pregunta ahora Pérez
- Dejaremos esa pregunta para la siguiente clase
(Continuará)
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Nota: escribí esta "ficción" porque creo que hay que abordar y explicar a fondo lo relativo al senado y a la cámara de diputados propuesta por ProReforma, no es mi intención ponerme en el papel de "profesor", ¡comentarios bienvenidos!

miércoles, noviembre 18, 2009

¿Quieren ser senadores?

(IX de XII)
Una ficción post-ProReforma.

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En esta historia ficticia un profesor universitario discute con sus jóvenes alumnos el camino que deben seguir para llegar a senadores. Luego de explicar cómo era el congreso antes de la reforma surgen dudas sobre la cámara de diputados actual. El profesor pasa a explicar este punto.
- Para empezar la elección en la cámara de diputados actual es uninominal en lugar de por planilla. Lo que esto significa es que uno siempre sabe por quién está votando y a quién le está dando su apoyo. Esto establece una mejor conexión de representatividad entre el diputado y el pueblo que lo eligió.
- Y con eso se destruyeron los partidos políticos de antes y ahora hay mucho menos partidos – apunta Rodríguez.
- Muchos partidos se constituyeron solo para llevar diputados al congreso, nunca tuvieron una oportunidad real de conseguir la presidencia de la república. Se conformaban antes de las elecciones, conseguían una cuota de poder, cobraban la deuda política y usualmente desaparecían.
- Pero actualmente también hay partidos débiles – comenta Fuentes.
- Y así debe ser, poco a poco los partidos políticos van siguiendo naturalmente una senda que los lleva a aliarse y unirse con los partidos más fuertes, dependiendo de afinidades ideológicas y coyunturales. Los partidos que representan posturas radicales o extremistas usualmente permanecen pequeños porque no son capaces de renuncias a sus planteamientos y posturas rígidas, de forma que la gente no los apoya a menos de que asuma esa misma postura intransigente. Ahora bien, la mayor legitimidad que tienen los diputados, sin importar de qué partido son, gracias a que saben que cuentan con el apoyo de sus votantes, les ayuda a mantener su línea ideológica y a no aceptar compromisos que vayan en contra de sus principios.
- Antes el poder lo tenían en realidad los jefes de bancada ¿verdad? – Juárez es de los alumnos mayores del grupo y participa poco.
- Así es Juárez, como dije antes, el compromiso de los diputados antes de la reforma era con su partido y por tanto obedecían al jefe de bloque, pero gracias a que el voto uninominal les dio mayor legitimidad, ahora pueden obedecer primero a sus votantes y a su conciencia antes que a cualquier directiva partidista.
- ¿Y antes la gente no le reclamaba a los diputados?
- Les decían de apodo los “dipucacos” y todo mundo sabía que no tenía ningún sentido perder el tiempo escribiéndole al diputado para algo que no fuera pedirle empleo u ofrecerle soborno. Y si era para pedir empleo la gente sabía que no lo conseguiría a menos de que también le diera una parte de su sueldo. Yo se que ahora sentimos que es muy natural escribirle al diputado por el que votamos ya que precisamente a él y no a otro le dimos nuestro voto, pero antes, nuevamente gracias al sistema de elección por planilla, eso no se veía así.
- ¿Y qué pasaba con la división de poderes? – pregunta Juárez.
- Interesantísima pregunta, sobre todo porque la situación era muy grave y cambió drásticamente a partir de la reforma, hay mucho que hablar acerca de eso, así que lo dejaremos para la siguiente clase.
(Continuará)
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Nota: escribí esta "ficción" porque creo que hay que abordar y explicar a fondo lo relativo al senado y a la cámara de diputados propuesta por ProReforma, no es mi intención ponerme en el papel de "profesor", ¡comentarios bienvenidos!

martes, noviembre 17, 2009

¿Quieren ser senadores?

(VIII de XII)
Una ficción post-ProReforma.

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En esta historia ficticia un profesor universitario discute con sus jóvenes alumnos el camino que deben seguir para llegar a senadores. El profesor les cuenta a sus alumnos cómo era el congreso antes de la reforma constitucional.
- Antes de la reforma toda la labor legislativa era asumida por el congreso completo, existía una sola cámara, y pasaba lo que pasa siempre en esos casos, lo urgente de corto plazo desplaza a lo importante de largo plazo. Las discusiones sobre el presupuesto, préstamos, nuevos impuestos, tratados, funcionamiento del gobierno y sus leyes, etc., sacaban de foco las necesarias modificaciones y actualizaciones a los códigos del derecho privado. Todo el tiempo parecía que había cosas más urgentes que atender. Además hay que tomar en cuenta que el énfasis político partidario que ahora tiene la cámara de diputados era parte de todo el congreso, es decir, el juego político partidario predominaba sobre el interés nacional.
- Por ejemplo – continúa el profesor – entre los 158 diputados se conformaban 55 comisiones de trabajo para atender las diferentes iniciativas de acuerdo al tema de que se tratara. Cada una tenía un presidente, y como estas presidencias constituían una porción de poder en el congreso el juego político de la conformación de las comisiones podía tomar meses y mientras tanto las iniciativas dormían esperando.
- Pero había mayor representatividad – interviene Rodríguez.
- Habían más diputados, el sistema de elección era por planilla, de forma que uno votaba por la planilla donde estaba el candidato que uno pensaba haría un mejor trabajo pero en realidad le estaba dando su voto al que encabezaba la planilla ya que se aplicaba el sistema de representación de minorías. Al final llegaban al congreso diputados que nadie habría apoyado en votación nominal.
- Pero igual se conseguía la representatividad – insiste Rodríguez.
- No lo creo – responde el profesor – los diputados no sentían un compromiso real con los votantes sino con el partido que los llevaba al poder. Para muchos corruptos la fórmula era sencilla: hacían un aporte monetario considerable al partido, eso les aseguraba ir primero en la planilla de candidatos (prácticamente compraban el puesto), luego se colocaban candidatos que hacían el verdadero trabajo de atraer votos y gracias a ellos llegaban a la curul los corruptos. Por supuesto su interés no era legislar a favor de sus representados sino levantar la mano cada vez que lo indicaba su “jefe de bancada”. Constituían un auténtico rebaño político de zánganos que consumían los recursos del estado, colocaban de asesores a sus allegados aunque fueran incapaces o deshonestos y ejecutaban acciones corruptas al amparo de la inmunidad de parlamentarios que gozaban.
- ¿Y cómo era que la gente votaba por esas planillas?
- Dos factores: uno, en la publicidad se hacía figurar a los candidatos menos corruptos de forma que se lograba asociar al partido con el candidato más conocido, la planilla en realidad era un caballo de Troya; dos: los corruptos eran identificables para la población de mayor edad pero casi no eran reconocidos por los más jóvenes que entonces se podían influenciar por la publicidad que se enfocaba en los candidatos más aceptables.
- ¿Y eso no pasa en la cámara de diputados ahora?
- Buena pregunta, la respondo en la siguiente clase.
(Continuará)
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Nota: escribí esta "ficción" porque creo que hay que abordar y explicar a fondo lo relativo al senado y a la cámara de diputados propuesta por ProReforma, no es mi intención ponerme en el papel de "profesor", ¡comentarios bienvenidos!

lunes, noviembre 16, 2009

¿Quieren ser senadores?

(VII de XII)
Una ficción post-ProReforma.

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En esta historia ficticia un profesor universitario discute con sus jóvenes alumnos el camino que deben seguir para llegar a senadores. Luego de explicar el papel de la cámara de diputados y sus diferencias con el senado pasa a profundizar en las funciones de este.
- Lo importante y de largo plazo es la conformación de la ley, es decir el conjunto de normas de convivencia pacífica entre individuos que actúan asumiendo los compromisos y responsabilidades que se derivan de la interacción con otros por el intercambio de bienes y servicios, relaciones de producción, satisfacción de necesidades, uso y usufructo de propiedades, formación de familias, fundación de empresas, asociaciones, etc.
- Eso es la materia de los códigos civil, de trabajo, de comercio – apunta Martínez – o sea el derecho privado.
- Así es.
- Pero esos códigos casi no cambian – señala Fuentes.
- Considerados individualmente no, y de hecho así de debe ser para garantizar estabilidad al marco jurídico en el que se desarrollan las actividades de los ciudadanos comunes, pero si se consideran en su conjunto resulta que el derecho privado es muy dinámico. Por ejemplo, nuevas formas de trabajo que ahora son posibles por la tecnología, requieren modificaciones, mínimas si se quiere, pero bien pensadas para que no se afecten los derechos fundamentales. Lo mismo sucede en el comercio, una economía floreciente y en crecimiento va encontrando nuevas formas de intercambio que requieren modificaciones en los códigos, también para garantizar el respeto de los derechos de quienes compran o venden.
- ¿Pero eso no se podría hacer en periodos de 4 años en lugar de 15? – pregunta Pérez
- Claro, pero el tiempo impondría cierta urgencia a la labor (“hay que lograr esto en 4 años”) además de que habría que considerar posibilidades de reelección que podrían constituirse en un factor de influencia para el senador (“si no aprueba tal ley no lo reelijo”) y lo que se busca es que se atienda sobre todo a la justicia, conveniencia, oportunidad y eficacia de la ley.
- ¿Y no resulta demasiado oneroso el senado sólo para que trabaje sin presiones? – pregunta López
- Es una inversión que rinde buenos beneficios. Si por economías mal entendidas cambiáramos el senado por un órgano más influenciable empezaríamos a ver “leyes con dedicatoria”, intercambio de leyes por favores y prebendas, descuido de lo importante en beneficio de lo urgente, y todo eso termina costándonos mucho más a todos y solo beneficia a unos pocos.
- Los senadores tienen 15 años de estabilidad en su curul para enfocarse en construir un orden justo y no en buscar prebendas – apunta Orellana.
-Así es, y puesto que la materia sobre la legislan está muy bien especificada en la constitución reformada, no hay alicientes para que busquen beneficios indebidos, sin mencionar que luego de 50 años de vida digna hay menos posibilidades de ir en contra del hábito de la honradez.
- ¿Cómo era antes cuando el congreso era unicameral?
- Dejemos ese tema para la siguiente clase.
(Continuará)
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Nota: escribí esta "ficción" porque creo que hay que abordar y explicar a fondo lo relativo al senado y a la cámara de diputados propuesta por ProReforma, no es mi intención ponerme en el papel de "profesor", ¡comentarios bienvenidos!

sábado, noviembre 14, 2009

¿Quieren ser senadores?

(VI de XII)
Una ficción post-ProReforma.

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En esta historia ficticia un profesor universitario discute con sus jóvenes alumnos el camino que deben seguir para llegar a senadores. Hoy inicia con una discusión sobre las diferencias entre el senado y la cámara de diputados.
- La cámara de diputados está conformada por 80 diputados – empieza a explicar el profesor – que se eligen por periodos de 4 años, 40 se eligen junto con el presidente y 40 a mitad del periodo. Los diputados pueden reelegirse sólo una vez. Los candidatos deben tener una edad mínima de 30 años. ¿En qué se diferencian entonces con los senadores?
- Los senadores se eligen por periodos de 15 años – responde Orellana – empiezan su periodo a los 50 años y lo terminan a los 65, sin posibilidad de reelección.
- Se eligen 3 cada año, y salen 3, así que en total siempre hay 45 – agrega Reyes.
- Un punto que Usted no mencionó es que a los candidatos a diputados los postulan partidos políticos mientras que a los senadores los postulan grupos de 100 ciudadanos, sin importar si forman parte de un partido político o no – interviene Martínez – tampoco dijo que los diputados representan a un departamento y los senadores representan a una generación.
- Excelente – apunta el profesor – veo que no tendremos que explicar mucho esos puntos. Volvamos a la pregunta. ¿No deberían ser los mismos requisitos para uno y otro órgano?
- Lo que pasa es que la cámara de diputados es como más política, tienen que hacer más negociaciones, tienen bancadas… - opina Pérez.
- Lo que Pérez quiere decir – aclara el profesor – es que la política partidista es mucho más notoria en la cámara de diputados que en el senado. Esto es porque la naturaleza de los asuntos que tratan es radicalmente distinta.
- Pero ambos legislan ¿o no? – pregunta López.
- En diferente ámbito y eso hace una gran diferencia. Todo estado debe ocuparse de asuntos que son importantes y de largo plazo y de asuntos que son urgentes y de corto plazo. Cosas urgentes son aprobar presupuestos, autorizar contratación de deuda, autorizar nuevos impuestos, crear nuevos ministerios, secretarías, en fin, todas las cosas que se necesitan para que el gobierno pueda funcionar correctamente y desarrollar las políticas que ha ofrecido al pueblo en las campañas electorales y como sólo tiene 4 años para hacerlo siempre está corriendo y todo le urge.
- Eso es el ámbito del derecho público – agrega Martínez
- Claro, complementado con cosas menos urgentes pero de gran importancia para el mandatario de turno, como firmar acuerdos y tratados internacionales y ratificarlos, disponer sobre las propiedades del estado mediante legislación y reglamentos, etc.
- ¿Todo eso es competencia de la cámara de diputados?
- Exacto. Por ello la cámara de diputados debe acompañar al presidente durante su gestión. La elección de la mitad de la cámara a medio periodo le favorece aumentando su apoyo si está haciendo un buen trabajo o le corta las alas si está haciendo las cosas mal. Si el presidente electo no puede contar con cierto apoyo político en la cámara de diputados entonces su gobierno se haría ineficiente.
- ¿Y lo importante de largo plazo?
- Eso es responsabilidad del senado y será tema de la siguiente clase.
(Continuará)
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Nota: escribí esta "ficción" porque creo que hay que abordar y explicar a fondo lo relativo al senado y a la cámara de diputados propuesta por ProReforma, no es mi intención ponerme en el papel de "profesor", ¡comentarios bienvenidos!

viernes, noviembre 13, 2009

¿Quieren ser senadores?

(V de XII)
Una ficción post-ProReforma.

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En esta historia ficticia un profesor universitario discute con sus jóvenes alumnos el camino que deben seguir para llegar a senadores. En la clase pasada el profesor dejó pendiente explicar por qué es válido que el senado, estando compuesto por mayores de 50 años, emita leyes a las que las generaciones más jóvenes están sujetas.
- Esto en realidad es algo inherente a la representatividad democrática. El representante, sea legislador, juez o jefe de estado, es electo por mayoría, lo cual quiere decir que siempre existe un grupo al que no representa pues no todos votaron por él salvo raras ocasiones. En el caso de la representatividad geográfica un grupo que tenga mayoría puede tomar decisiones aplicables a una determinada región aunque los representantes de esa región no las aprueben. Aceptamos como legítimas las decisiones democráticas no porque coincidan con nuestra propia decisión o porque vengan de nuestros propios representantes, sino porque son la decisión de la mayoría.
- ¿Entonces a los jóvenes no nos queda más que una participación pasiva en la política nacional? – nuevamente era Rodríguez el que hablaba.
- Si usted cree que participar en gobiernos locales, municipales o departamentales, jefaturas y direcciones ministeriales a lo largo y ancho de la burocracia estatal, comités de desarrollo, organizaciones, cooperativas y asociaciones civiles, dirigencia y organización de partidos políticos, etc., etc., es considerado “participación pasiva en la política nacional” entonces tiene razón. Pero yo creo que un joven que despreciara la participación y el involucramiento en todos estos ámbitos por una pretendida ambición de ocupar cargos de mayor relevancia que le están vedados por la edad, como ministerios, curules de la cámara de diputados, gobernaciones departamentales, presidencia de la república o escaños senatoriales, es alguien que en realidad sólo está buscando el camino fácil hacia una posición cómoda y una vida regalada. Puedo estar equivocado en esto, pero me queda la seguridad de que un joven con verdadera vocación de servicio público estará feliz de empezar una carrera política en el ámbito de su comunidad, que de ninguna forma le está vedado, al contrario, es este ámbito el que le puede proporcionar la experiencia práctica, el conocimiento y la sabiduría que necesitará en los puestos más altos. ¿No les parece?
Nuevamente el silencio fue la única confirmación de lo obvia que resultaba la respuesta.
Al fondo del salón se veía una mano alzada.
- Profesor, todo me parece muy bien pero ¿por qué es tan diferente el mecanismo de elección y conformación del senado y el de la cámara de diputados? ¿No deberían ser similares ya que ambos tienen responsabilidades legislativas? O sea, si se requiere que los senadores sean honestos también eso debería ser un requisito para los diputados ¿o no?
- Excelente pregunta. Primero entendamos bien en qué difiere lo que Usted llama mecanismos de elección y conformación para el senado y para la cámara de diputados – empezó a responder el profesor.
La tensión del ambiente se suavizó un poco a raíz de esta pregunta, de alguna forma la atención se desviaba de los puntos álgidos de discusión, que por otra parte no eran nuevos, se habían abordado ampliamente desde el mismo nacimiento de la propuesta.
- Es un tema apasionante pero creo que tendremos que dejarlo para la próxima clase.
(Continuará)
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Nota: escribí esta "ficción" porque creo que hay que abordar y explicar a fondo lo relativo al senado y a la cámara de diputados propuesta por ProReforma, no es mi intención ponerme en el papel de "profesor", ¡comentarios bienvenidos!

jueves, noviembre 12, 2009

¿Quieren ser senadores?

(IV de XII)
Una ficción post-ProReforma.

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En esta historia ficticia un profesor universitario discute con sus jóvenes alumnos el camino que deben seguir para llegar a senadores. En la clase anterior el profesor ofreció resumir el punto de porqué es legítima la decisión democrática que constituyó el senado y el mecanismo para su elección y conformación.
- Elegimos un presidente para cuatro años – explica el profesor – y durante esos cuatro años no podemos elegir otro, a pesar de que sigue vigente nuestro derecho a elegir y ser electo. Ese presidente nombra ministros, secretarios de estado, y otros burócratas, y el poder que ellos tienen es legítimo porque se deriva de la cesión legítima de poder que el pueblo hizo hacia el mandatario. No tendría sentido decir que tenemos derecho a tomar decisiones democráticas si luego no somos capaces de respetar las restricciones al ejercicio de los derechos políticos que se derivan de ellas.
- Pero el hecho de que el senado sea elegido exclusivamente por ciudadanos de 50 años es discriminatorio porque le impide votar a un grupo de ciudadanos en función de una cuestión puramente casual que es la edad – acota ahora Martínez.
- Sería discriminatorio si al estar Usted en la misma condición, tener 50 años, se le impidiera participar eligiendo o postulándose como candidata. También sería discriminatorio si de alguna forma se pudiera impedir que alcanzara la condición que le permitirá participar, que es cumplir 50 años, asesinándola por ejemplo, pero eso sería una violación a un derecho mucho más fundamental.
- Pero ya de por sí muchas personas nunca alcanzarán esa edad, aunque solo se considerara la muerte natural.
- Es cierto, pero eso es parte de la condición humana. Siguiendo ese razonamiento deberíamos eliminar el requisito de edad para convertirse en ciudadano, para obtener una licencia de conducir, para entrar en primero primaria, etc., etc. Lo que pasa es que los límites de edad no se plantean como restricciones de acceso a un derecho sino como factores que ayudan a garantizar que se ejercita de mejor forma en beneficio de todos. ¿Se imaginan lo que pasaría si elimináramos el requisito de edad para obtener licencia de conducir?
- Una pregunta – en el fondo del salón se escuchó la vocecilla de la señorita Fuentes - ¿no se afectó la representatividad política al conformar el senado atendiendo sólo a la edad y no a la procedencia geográfica?
- Buena pregunta, si la representatividad solo pudiera entenderse con criterios geográficos entonces definitivamente la respuesta sería que sí. Pero hay que reconocer que existen otras representatividades, por ejemplo, por género, por etnia, por gremio, etc. En este caso podemos decir que el senado tiene representatividad generacional. Todos los nacidos en el año 1990 tendrán tres representantes en el senado a partir de 2040, los nacidos en 1991 a partir de 2041, y así sucesivamente.
- ¿Y esto no significa que las generaciones más antiguas están decidiendo por las más jóvenes? – insistió Fuentes.
- Muy buena pregunta, continuaremos en la clase siguiente.
(Continuará)
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Nota: escribí esta "ficción" porque creo que hay que abordar y explicar a fondo lo relativo al senado y a la cámara de diputados propuesta por ProReforma, no es mi intención ponerme en el papel de "profesor", ¡comentarios bienvenidos!

miércoles, noviembre 11, 2009

¿Quieren ser senadores?

(III de XII)
Una ficción post-ProReforma.

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En esta historia ficticia un profesor universitario discute con sus jóvenes alumnos el camino que deben seguir para llegar a senadores. En la clase anterior Rodríguez ha planteado que su derecho a elegir y ser electo ha sido restringido luego de la entrada en vigencia de las reformas constitucionales ya que el senado es electo entre ciudadanos de 50 años y exclusivamente por gente de la misma edad. El profesor ofreció ampliar el punto en la siguiente clase.
- Creo que las protestas de Rodríguez son válidas, pero debe tomar en cuenta que la decisión de conformar el senado con su particular colegio electoral, fue tomada por todos, en consulta popular, es decir en el uso legítimo del derecho de todo ciudadano a participar democráticamente en las decisiones transcendentales del país. Si en la consulta popular se le hubiese vedado el derecho de participación a los jóvenes o si el cambio constitucional no hubiese pasado por la consulta popular entonces estaríamos hablando de una verdadera conculcación de derechos, porque sería una imposición tiránica y no una decisión democrática.
Rodríguez y varios de sus compañeros observan fijamente sin suavizar el gesto. El profesor continúa.
- Se lo pongo así: yo se que Usted no participó en las pasadas elecciones generales porque todavía no tenía 18 años, ¿acaso siente que por ello se le han vedado el derecho a elegir durante estos tres años en los que sí tendría opción a votar?
- No porque yo se que en las siguientes elecciones podré votar.
- Si pero durante tres años tuvo que vivir con el resultado de las decisiones democráticas de otros, es más, durante 18 años vivió en esa situación.
- Pero lo del senado eso lo tengo que aguantar toda la vida – protesta de nuevo Rodríguez.
- Eso no es exacto – responde el profesor – el pueblo, como depositario último del poder y como generador primario del mismo, puede disponer el cambio de la estructura estatal en el momento que lo considere conveniente, y Usted, como parte del pueblo, puede iniciar el movimiento en esa dirección. Si consigue el apoyo que se requiere, 5 mil firmas de empadronados como mínimo, aprobación por el congreso y aprobación en consulta popular, puede conseguir que cambien las cosas.
- Eso me suena a consuelo de tontos – a Rodríguez no le importa ser poco delicado.
- Rodríguez, ¿de qué sirve que la constitución nos otorgue el derecho de hacerle modificaciones si no pensamos ejercitarlo? Eso quedó muy claro después de que se hicieron estas modificaciones porque se abrió la puerta para que más ciudadanos ejercieran ese derecho, ya ve que ahora hay más propuestas ya sobre la marcha.
Rodríguez continúa impasible y prefiere no replicar de nuevo al profesor.
- Lo importante es que las decisiones democráticas sirven para delegar el poder del pueblo en quienes pueden ejercitarlo de forma más eficiente, ya sea presidentes, diputados, senadores, magistrados, gobernadores, jueces, ministros, secretarios de estado, lo que sea; y cuando se toma una decisión democrática y se otorga poder, esa decisión nos obliga y necesariamente restringe temporalmente el ejercicio activo de los derechos políticos.
- Trataré de resumir el punto en la siguiente clase – termina el profesor.
(Continuará)
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Nota: escribí esta "ficción" porque creo que hay que abordar y explicar a fondo lo relativo al senado y a la cámara de diputados propuesta por ProReforma, no es mi intención ponerme en el papel de "profesor", ¡comentarios bienvenidos!

martes, noviembre 10, 2009

¿Quieren ser senadores?

(II de XII)
Una ficción post-ProReforma.

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En esta historia ficticia un profesor universitario discute con sus jóvenes alumnos el camino que deben seguir para llegar a senadores. De la clase anterior ha quedado sin responder la pregunta ¿por qué la prueba de honestidad que se requiere para ser senador debe durar 30 años? El profesor inicia la clase abordando la pregunta.
- En realidad son 32 años, de los 18 a los 50. No hay una fórmula matemática que resulte en esta cantidad exactamente. Podrían haber sido 35, 25 o 15, menos de 15 creo que no porque entre los 25 y los 40 años uno afronta las presiones económicas más fuertes de la vida: casarse, tener hijos, adquirir una casa, automóvil, incluso fundar una empresa. Esas presiones pueden ser tan fuertes, algunos de ustedes ya han empezado a sentirlas, que llegan a colocarlos en ocasión de cometer actos corruptos. De alguna forma pueden considerar que esas presiones son parte de la “prueba de 30 años”.
Algunas miradas de incredulidad y confusión se posan sobre el profesor.
- Si un joven, soltero (o soltera), llega a senador y en su periodo de 15 años se casa o funda una empresa, las presiones económicas derivadas de gastos familiares, adquisición de bienes, pago de planillas, etc., le representarían un punto de debilidad que quienes podrían tener interés en “comprarlo” (corromperlo) podrían aprovechar.
- Creo que no estoy de acuerdo con Usted, yo nunca aceptaría sobornos aunque tuviera que comerme las uñas – protesta López.
- Nadie duda de Usted López, pero como no podemos estar seguros de que todos tengan su misma convicción, o de que sean capaces de mantenerla en la adversidad, entonces lo solucionamos requiriendo que demuestren durante 32 años que en realidad su convicción es sólida. Por lo que veo Usted no tendrá ningún problema en pasar esa prueba.
Al parecer las expresiones incrédulas continúan en los rostros de los alumnos pues el profesor decide ampliar su explicación.
- Además creo que no podrán negarme que a los 50 años, en la mayoría de gente, estas presiones ya están minimizadas, con lo que se les cierra el camino a quienes podrían estar interesados en corromper a los senadores.
- No necesariamente – protesta Pérez – yo conozco el caso de un señor de 53 años que se acaba de casar por tercera vez y tiene un montón de hijos regados…
- Claro Pérez, pero sabiendo lo que sabe de cómo ha vivido ese señor su vida, sin pretender juzgarlo porque no nos corresponde, ¿Usted votaría por él para senador?
La pregunta del profesor queda sin respuesta pero flota en el aire la sensación de que es porque resulta demasiado obvia.
- Profesor pero… eso no quita el hecho de que se nos ha quitado el derecho a elegir y ser electo – quien habla es Rodríguez, que rara vez deja pasar una clase sin opinar o preguntar – o sea, perfecto, qué bien que ahora tengamos senadores que han demostrado que son honestos y exitosos, pero ha sido a costa de nuestros derechos.
- Buen punto Rodríguez – responde el profesor – Ampliaremos sobre ese punto en la siguiente clase.
(Continuará)
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Nota: escribí esta "ficción" porque creo que hay que abordar y explicar a fondo lo relativo al senado y a la cámara de diputados propuesta por ProReforma, no es mi intención ponerme en el papel de "profesor", ¡comentarios bienvenidos!

lunes, noviembre 09, 2009

¿Quieren ser senadores?

(I de XII)
Una ficción post-ProReforma.

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- ¿Quiénes quieren ser senadores? – pregunta el profesor al grupo de alumnos de entre 20 y 25 años en el que unos pocos rebasan esa edad. Se puebla de manos y brazos el espacio sobre las cabezas de los jóvenes.
- Muy bien ¿Quiénes tienen listo un plan de trabajo para los 15 años que durará su periodo? – la cantidad de manos alzadas se reduce. El profesor se fija en una chica que rebosa chispa intelectual en la expresión de su cara y que mantiene erguida la mano.
- ¿Tiene un plan de trabajo para 15 años? Usted apenas ha vivido algo más que ese tiempo. – Risas en la clase.
- En realidad no es necesario tenerlo “listo” basta con ser capaz de “prepararlo”, además hay que irlo adaptando a las circunstancias coyunturales conforme se vayan presentando. Otros senadores más experimentados tendrán también planes que vale la pena apoyar, así que en último caso mi labor parlamentaría podría consistir en elegir y apoyar los mejores proyectos.
- Perfecto – el profesor habla ahora a toda la clase – en ese caso, independientemente de que quieran o no ser senadores ¿Quiénes se consideran capaces de preparar un plan de trabajo senatorial de 15 años, irlo adaptando a las coyunturas y elegir los mejores proyectos de otros para apoyarlos? – Nuevamente un bosque de manos se alza.
- ¿Entonces? Si tantas personas se consideran capaces de hacer lo mismo que Usted haría en el senado ¿por qué habríamos de elegirla a Usted señorita Martínez? ¿se considera más capaz, más inteligente o más honrada que sus compañeros que tienen las mismas aspiraciones?
- Una vez en el puesto lo podría demostrar. – responde conciliatoriamente Martínez.
- Pues lo mismo podrían decir sus compañeros. Afortunadamente nuestra constitución establece implícitamente el mecanismo para solucionar esta controversia. Como los senadores deben ser elegidos entre ciudadanos de 50 años, su historial de vida está a la vista, se sabe si han sido honrados y honestos, si han tenido la capacidad de tomar decisiones inteligentes. Por eso los candidatos a senadores son gente de bien, líderes y políticos que han sabido navegar las aguas de la administración del poder con honestidad. Ningún vividor se presenta como candidato porque no tendría oportunidad, de hecho no tiene siquiera la oportunidad de conseguir el apoyo entre sus coetáneos que son quienes lo tendrían que postular.
- No se trata por tanto de decir “yo soy honrado y capaz, en el puesto lo demostraré”, se requiere que tenga 30 años de vida ciudadana digna que muestren que en realidad es honrado y capaz. – concluye el profesor.
- ¿Quiénes aquí son honrados? – esta vez toda la clase levanta la mano.
- Lo más probable, debido a la edad que tienen, - aclara el profesor – es que todavía no hayan sido tentados por la corrupción y la deshonestidad, pero se les presentarán esas ocasiones y algunos de ustedes, espero que ninguno, caerán en la tentación. Como no tenemos forma de saber quienes sí y quienes no, entonces todos serán “probados” durante 30 años. Quienes superen la prueba y además muestren liderazgo y afán de trabajar por su comunidad serán quienes tengan mejores probabilidades de llegar a senadores.
- ¿Por qué 30 años profesor? – pregunta un alumno.
- Buena pregunta. La contestaremos en la siguiente clase.
(Continuará)
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Nota: escribí esta "ficción" porque creo que hay que abordar y explicar a fondo lo relativo al senado y a la cámara de diputados propuesta por ProReforma, no es mi intención ponerme en el papel de "profesor", ¡comentarios bienvenidos!